La violencia de género
femenino es poco tratada en el teatro en especial, en Venezuela y sin embargo, es
asunto socio cultural de hondo calado para sociedades como la nuestra. El
estigma del machismo ancestral apoyado por factores patriarcales ha permitido
que se vulneren los derechos de la mujer en lo público como en lo privado. Pocos
son los que elevan la bandera de la dignidad de nuestras féminas. Los que toman
conciencia hacen su trabajo para apoyar a derribar las barreras que invisibilizan
este ominoso tema el cual sigue presente en muchos países. Tarea harto difícil
que, por lo general se obstruye por los silencios cómplices y una serie de
justificaciones para minimizar el actuar del género masculino. Se deben activar
los alertas para que la mujer en sus múltiples facetas se siente como ser digno
y segura de su vida, creencias y actividad. Lo que le ocurra a una mujer es la
metáfora de una sociedad desbalanceada que no desea tomar cartas en el tema. Se
hace pertinente que seamos co responsables por detener toda omisión sobre el
tema de la violencia de género femenino y asumir que no bastan explicaciones
sino acciones firmes de denuncia como de cambiar los obsoletos paradigmas de la
tolerancia.
Este introito
situar el montaje de Lomas de Poleo Morir con las alas Plegadas (2001)
del autor mexicano Edeberto Galindo (Ciudad Juárez, 1957) exhibido el 25.07.2012
como producción de la Escuela Nacional
de Artes Escénicas “César Rengifo” con dirección de Carlos Del Castillo. Montaje
enmarcado dentro del evento XI Encuentro
de Instituciones de Formación Teatral que ha venido sumando diversas
actividades y que rindió homenaje a los egregios profesores Perán Erminy y
Orlando Rodríguez.
La temática
del feminicidio estuvo magistralmente armada tras la trama de esta pieza porque
mostró esas historias calladas que reclaman justicia y donde “las voces de
las muertas de Ciudad Juárez, de las víctimas y sus victimarios, de sus
familiares, de sus historias de dolor e impunidad, de sufrimiento e injusticia”
proyectan ese ominoso tema que afecta a todas nuestras sociedades y por
extensión, se amplia en otras latitudes.
Montaje
compacto para las actuaciones. Una atmósfera bien lograda a fin que la trama se
hilase con propiedad. La dirección Del Castillo debió atenuar los efectos
sonoros para que la plantilla histriónica conformada por Indira Romero,
Caremily Artigas, Welady Silva, Reiber Ferreira, Albert Smith junto con las
participaciones especiales de Maigualida Gamero y Karlemberg Salazar) pudiesen
llegar con toda la fuerza a la platea del Teatro Nacional. La iluminación de
Gerónimo Reyes, la música original de Juan Carlos Aleixandre, la escenografía
de Augusto Cubillan como el diseño de vestuario de María Rodríguez estuvieron
al servicio de la puesta en escena. Trabajo que merece contar con temporada y
un necesario foro abierto con el público
Publicado en Épale
Suplemento Cultural de Ciudad CCS
Domingo
01.07.2012