domingo, 21 de septiembre de 2014

VISUALES Y OPINIÓN

I
TALENTO JOVEN QUE EMERGE.

Como resultado final del Taller Integral de Formación Teatral dado para el lapso 2013 – 2014 por el Laboratorio Teatral “Anna Julia Rojas” se ha estado presentando en el teatrino de dicho centro formativo La posadera (1753) una de las comedias clásicas más relevantes del dramaturgo italiano del s. XVIII, Carlo Goldoni.

Manteniendo la línea argumental lo más ceñido posible, manteniendo la trama en su justo término y buscando acercarla a lo contemporáneo, Joseph Rivero como su joven y flamante director, unió su creatividad dentro de un concreto que se sostuvo muy pero mu bien en la desenfadada entrega de su staff histriónico; todo su conocimiento estuvo en perspectiva para para ponerse al servicio de una propuesta ágil en su núcleo de situaciones de lo cual brilló su perspicacia en cuanto a que supo componer un todo eficaz dentro del reducido espacio y dejó que la dinámica de cada escena fuese proporcional al empleo de elementos simples. Un aspecto que logró conjugar Rivero como puestista fue lo lúdico de cada uno de estos interpretes y saber expandir su actitud compositiva que en lo individual como en lo grupal tenían que ofrecer.

La respuesta interpretativa de: Fer Garantón, José Antonio Reyes, Rossybell González, Edward Parúh, José Alberto Briceño, Victoria Figuera, Alicia Valle y Alexandra Arteaga se aunó con soltura mostrándose con patente prestancia en lo expresivo, exponiendo vigorosamente lo aprendido desde el correcto manejo del cuerpo, pasando por una aplomada dicción y una filigrana gestual que apuntaló lo que la puesta les demandaba. Un grupo artístico que, supo ganarse la atención y sincero aplauso de quienes fuimos a verles porque supieron decir con la cabeza bien en alto hay ¡talento!A todos ellos, un fuerte aplauso desde esta espacio de Bitácora Crítica.

Elevo al Laboratorio Teatral “Anna Julia Rojas” de su Junta Directiva, pasando a sus cabezas gerenciales (Carmen Jiménez, Karla Fermín, Gryselt Parra y Hercilia Nieves) un reconocimiento sincero ya que este centro es indudablemente, un espacio donde la juventud que desea adquirir destrezas, técnicas, formación acorde al tiempo actual, capacidad para promover y proyectar las promesas del arte escénico sea vital para complementar lo que será otra dimensión de la preparación de las noveles generaciones de profesionales que de acá a diez años, tendrán su compromiso de responsabilidad de ser ese grupo humano que dará fortaleza al arte teatral de esta urbe.

II
EL “FENÓMENO” DEL PÚBLICO.

Curiosamente, desde la pasada edición del Festival de Teatro de Caracas 2014, no había observado lo que a mí entender es necesario analizar y ahondar: el fenómeno del público. En dos espacios tan alejados de su óptica sobre el quehacer escénico como lo representan el ecléctico ámbito que se ha conformado desde hace menos de 4 años hacia los predios de Baruta, en específico, en lo que actualmente se conoce como La Caja de Fósforos (aledaña a la Concha Acústica de Bello Monte) y más hacia el este, en un ámbito más de tono comercial como lo es Urban Cuple se han dado propuestas (Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense y Teatro de ¼ o Microteatro Venezuela) que ha disparado la atención del público. Salas llenas, propuestas variadas, arte y experimentación pero sobre todo, plenos imbuidos de energía por sumarse a lo que acontece.

Nuevamente la irrupción del fenómeno del público se convierte en situación que se hace obligante estudiar desde varias perspectivas a fin de seguir potenciando lo que programadores y gestores, grupos y compañías teatrales han aspirado siempre: que el teatro llegue a todos y haya fluidez continúa de apoyo al arte teatral.

Si se toma en serio evaluar en profundidad entre cada una de las partes involucradas y si, fuese posible que los encargados de los espacios culturales teatrales públicos acordasen reunirse, estoy plenamente convencido que se podría articular políticas, directrices, lineamientos, programaciones, proyectos y acciones que, no solo en materia de generar una oferta atractiva para que el fenómeno del público se mantenga y crezca exponencialmente sino el urgente hecho de garantizar lugares estables de trabajo para todo el sector profesional que hace vida en Caracas y sobre todo, crear oportunidades a los jóvenes que tiene que ingresar a este mundo.

El "fenómeno" del público no es solo cuestión de analizar costos, resultados de éxitos de taquilla, crear y sostener gustos, mantener activadas salas y circuitos teatrales sino de promover y estimular la dramaturgia del patio, crear espacios para que nuevas camadas de directores, actores, productores, diseñadores, realizadores, técnicos tengan la garantía de que podrán efectuar su labor. Incluso, el "fenómeno" del público es entenderlo en sus ¿por qué se haya motivado a “consumir u apoyar tales o cuales propuestas, espectáculos, proyectos?

Crear la ruptura y cambio en positivo de esclerotizados paradigmas derivados de gestiones y gerencias coyunturales por una base de valoración del hecho artístico cultural que permita dinamizar con propiedad la sostenibilidad de hecho creador. Posibilitar que haya más y más espacios e infraestructuras para que grupos y compañías puedan crear y sostener sus experiencias, indagaciones y búsquedas.

El "fenómeno" del público tiene muchas aristas y eso es algo positivo si se sabe determinar factores y circunstancias que den oxígeno al arte, la cultura, la creación y lo artístico. Es solo hablar e intercambiar con seriedad lo que esto implica. Los potenciales resultados podrán generar un papel básico desde el cual empezar a redimensionar lo que en otras ciudades ya está avanzado.

Público, arte, compromiso, capacidad de riesgo entre lo que es válido para esta sociedad en proceso de cambio y sobre todo, que todos sumemos para que lo que casi siempre se asoma como un fenómeno coyuntural pero que casi siempre termine no dejando de otorgar ese necesario y anhelado valor agregado de sostenibilidad como continuidad para el bien del teatro y otras disciplinas artísticas. Es un tiempo interesante. ¡Hay que aprovecharlo!