domingo, 13 de septiembre de 2015

UN RAMILLETE DE TRECE ROSAS

Siempre en ganancia para el espectador de esta urbe es que cualquier espectador pueda confrontar y disfrutar de una excelente propuesta artística. Este pasado fin semana dentro de la pauta programática que ofrece Fundarte y la
Alcaldía de Caracas en su Circuito Teatral de Caracas, el público volvió a reencontrarse con el magnífico montaje Trece Rosas expuesto por la agrupación Deux ex Machina.

Trabajo compacto en su unidad estética, hermoso en la capacidad de emanar un sentido reflexivo a quien la vio constató que esta producción estuvo blindada por una eficacia histriónica de altura y el apoyo en materia de diseños y realización que confirió al proyecto de escenificación concretado por Elvis Chaveinte le hizo ser uno de los espectáculos más resaltantes de en temporada teatral 2014.

Proyecto que cobró vida en el denominado “Piquete” - que ha ayudado a promocionar a nuevos talentos en actuación, dirección y diseño – auspiciado por La Caja de Fósforos hizo que Trece Rosas llegase a ser uno de los montajes más rutilantes dentro de la pasada edición del FTC-2015, ganando sólidos elogios y sinceros aplausos.

Lo visto ayer, ubica al espectador en el contexto de uno de los dramas más sombríos acaecido en el marco de la guerra civil española cuando un grupo de jóvenes mujeres fueron fusiladas por el régimen franquista solo por ser tener una acción ideológica revolucionaria que las fortalecía.

El trabajo de resolución de Chaveinte fue pertinente en cuanto a darle consistencia a todos los elementos que se debían articular. El manejo del espacio (visto en dos ámbitos) era un reto que supo descifrar y potenciar para que la propuesta no decayese; su capacidad de exigir ritmo y claridad a cada una de las actrices y actores con propósito de crear densidad y credibilidad; el armado de atmósfera con pertinencia y sin exageraciones y sobre todo, ser osado en cuanto a no temerle a que pueda haberse derivado de su búsqueda como director le confirió crear un espectáculo con vida, un montaje sólido por lo energético teatral y porque evitó desperdiciar el brillante talento histriónico que estaba bajo sus manos.

Un grupo actoral que volví a aplaudir por su entrega y que tienen nombres propios que supieron conferirle a sus papeles, fuerza, consistencia, entrega sin excesos y sobre todo, una auténtica capacidad que cuando se quiere, se puede. Evitando ser antipático y dar créditos aleatorios creo que todas y todos estuvieron dentro del reto y eso, a final de cuentas es lo que importa. Por eso, Carolina Torres, Rossana Hernández, Mónica Quintero, Sahara Álvarez, Varinia Arraíz, Shakti Maal, Mariana Calderón, Patricia Ramírez, Andrea Pedrón, Vanessa Morr, Lismar Ramírez, Fernanda Godoy, Gabriela Sánchez, Nakary Bazán, Alexandra Vecchionacce, Bethania Yanez, Abel García, Aníbal Cova y Gabriel Agüero Mariño fueron esos histriones que uno espera en esta clase de experiencia teatral.

La sumatoria de los diseños de escenografía del propio director y Gabriel Agüero, el sobrio trabajo de vestuario de Feddy Mendoza, la asesoría coreográfica de Miguel Issa y esfuerzo de producción dado por Rossana Hernández entre otros, cohesionaron la labor de puesta en escena. Todos artistas que, sin asomo de dudas hicieron que Trece Rosas merezca seguir siendo expuesta en las salas de esta ciudad. ¡Mi aplauso a todos ellos!