viernes, 26 de octubre de 2007

MIRADAS A LA ESCENA (I)

Como espectador y “especialista” en lo que acontece como respuesta de los distintos creadores teatrales del país en materia de teatro, estaba como en cierta deuda tanto con ellos, como con el lector de estos espacios de arte y cultura. Pues bien, es propio emitir algunas consideraciones sobre lo visto desde la última parte del mes de Junio a la fecha. Primera mirada: “Gorditas”. Una de las tantas piezas suscritas por el talentoso dramaturgo venezolano, Gustavo Ott. Su eje temático más o menos elaborado alude sin mucha alharaca de trascendencia para lo social: una aproximación al juego del poder dentro del universo femenino. Con una trama dibujada en el terreno de la alta publicidad, cuatro mujeres con posturas, visiones de vidas disímiles impregnadas con más o menos una que otra dosis de ingenuidad, astucia, arribismo, perspicacia emplean las armas de la amistad, la ambición y la traición como mazos para poder establecer una lucha para alcanzar las posibilidades y el ascenso del reconocimiento. Féminas que se mueven dentro del oscilante juego de una moral donde lo que parece privar que “el fin justifica los medios”. Comedia con buenos momentos gracias a sus diálogos incisivos pero que ya empiezan a convocar en el imaginario del receptor que ha visto ya algunas piezas de este dramaturgo, como si se comportase como un cosificado manual de lugares comunes. Si bien, es un texto aceptable en su composición de personajes y situaciones, ya desde el título propone una carga de significación que ayuda a colocar el signo básico de decodificación de lo que el espectador deberá desmenuzar a la hora de comprobar si eso que se alude se destaza con propiedad tras el hilado de la fábula. Las mujeres de la dramaturgia de Ott parecen estar siempre manifestando posturas y pareceres que por momentos no sabría si decir que son auténticas en el mundo real o sin son artificialmente propuestas para convertirse en un decálogo de lo que debería decir estas tras la ficción de sus particulares circunstancias. “Gorditas” fue asumido por un grupo teatral independiente como Talento Femenino quien sabe lo que quiere ofrecer a cierto segmento del público teatral que “adora” el teatro ligero”. Invitó al inquieto Daniel Uribe para que concretase la puesta en escena donde las inobjetables figuras de la farándula mediática y teatral como Eliana López, Andreina Álvarez, Carolina Torres, María Fernanda León y Sindy Lazo se suman al esfuerzo de armar sin complejos y con bastante encanto, ese particular microcosmos de luchas por la igualdad con el manejo del poder, la siempre cizaña de la ambición y la olla de presión que embala a unas al éxito y a otras, a ser víctimas de ese oscuro sino. Pero, Daniel Uribe tuvo que haber sido más perspicaz. El texto de Ott es intitulado como “Gorditas” y ello supondría de entrada, cierto orientación que debía operarse en la selección del casting. No es que tuviese que ser una camisa de fuerza para tal tarea, sin embargo, siento que si hubiese visto sobre la escena de la Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas a un grupo de actrices lo suficientemente “rellenitas” y, además, técnicamente talentosas en componer sus respectivos papeles, pues, nada, la relación de significación título / contenido hubiese estado más en concordancia con el efecto discusivo textual que proponía el autor. Pude apreciar que el empeño de las actrices fue aceptable pero no totalmente convincente dado que era notorio que unas tenían mayor dominio de la escena y otras, estaban demasiado lineales en el manejo de voz, de la gestual y en su capacidad de hacer un solvente efecto de interrelación personaje – personaje. Para mi particular apreciación, me convenció por ejemplo, lo ofrecido por Carolina Torres y Eliana López cuyos papeles estaban centrados en todo nivel y que se sentían espontáneas a todo lo largo de la representación. Andreina Álvarez oscilante pero con ganas de estar ahí y quizás menos consistente –pero con buena actitud- Andreina Yépez. En resumidas cuentas, Talento Femenino apuesta por mantener un teatro “light” con la presencia de un autor nacional. ¡Punto a favor! Que sepan o no moverse dentro de un circuito específico como lo es el Ateneo que ya manifiesta cierta dureza para que el público amante del género vaya dispuesto sin que tema encontrarse los remanentes de una marcha, de un acto oficialista, de la creciente inseguridad y hasta de la misma competencia en otras salas, es un logro. A quien le guste pasar un rato sin problemas y prejuicios con la comedia de evasión. “Gorditas” no tiene colesterol ni triglicéridos para un buen rato. Acérquese y salga ligero si la expectativa es consumir teatro libre de grasas de reflexión. Segunda mirada: “Sueño de una Noche de Verano” Que bueno es tener la oportunidad de confrontar teatro para niños de alta calidad tanto por la concurrencia como en lo artístico, técnico, conceptual de diseños y realización, musical y de entrega sobre la escena. Un grupo que ya es sinónimo de avance para el teatro para niños, niñas, adolescentes y padres ansiosos por saber que la inversión en taquilla se retribuye con un trabajo creativo que le hace olvidar lo gastado y ofrecerle con sinceridad su aplauso al finalizar la presentación, es sin duda, el logrado por el grupo teatral Skena con la excelente propuesta de versión y puesta en escena de la inmortal pieza del isabelino del siglo XVII, William Shakespeare, “Sueño de una noche de Verano” exhibida en el Teatro Trasnocho de Las Mercedes. Basilio Álvarez aparte de ser un histrión y director avezado ha impulsado con este colectivo, una compromiso y una manera de confeccionar talento, imagen, calidad y pasión en cada trabajo mostrado en lo que va de su ascendiente carrera artística. Con esta versión y dirección de uno de los grandes clásicos de la comedia shakesperiana, logra sintetizar de forma consistente, tanto la labor imaginativa y profesional de creadores de la talla de Juan Carlos Padrino (diseño de vestuario y también del maquillaje y pelucas) detrás del esbozo formal de los vistosos trajes, llenos de colorido, a tono con el sentido de cada personaje y provistos de un espíritu festivo alegraron la escena con su imbricada unión conceptual. Un sugestivo empleo de atmósferas y proporcionado juego lumínico para escenas y situaciones, y para avivar la plasticidad e imbricación de la paleta de colores asentados tras los diseños de vestuario, lo escenográfico, telones y utilería por ese acento de un diseño pertinente en el colgado de iluminación generado por el maestro, Víctor Villavicencio. También porque la dirección apeló a la multifacético y sintética versatilidad del diseño escenográfico cerrado por Carlos Agell (de cuya mente y mano se ofreció el arte gráfico general del espectáculo) para proponer un tinglado que con poco es mucho para recrear / apoyar las distintas escenas que demanda la puesta en escena de esta versión de Álvarez. Igualmente, el trabajo de música en vivo dado por Darío Sosa (Guitarra), Gabriel Hernández (batería) Laurent Lecuyer (teclados) y Luís Valbuena (bajo y dirección musical) crean ese encantador efecto y magnético que el espectador que sabe que está viendo un “auténtico” espectáculo musical -para niños y jóvenes- puede aprehender y dejarse llevar por lo sonoro que se ejecuta a sabiendas que no se está apelando a la manida banda sonora que impera en casi la totalidad de los montajes que se anuncian en las carteleras de la capital bajo los calificativos de: “el musical del año”. Con una base rítmica que me hizo recordar al desaparecido grupo ibérico Mecano y con posiblemente trazos de una que otra melodía de Fito Páez, el efecto musical ayudó, ciertamente, a dar soportes a momentos específicos de las acciones y crear un ambiente sabroso al espectáculo como unidad significante. La versión de Basilio es ágil en cuanto a que supo comprimir la extensión del texto de Shakespeare en sus aspectos formales y de situación permitiendo que lo que actores y actrices deben resolver como discurso, está a tono con lo lúdico y “travieso” que más de las veces es como la rúbrica del grupo Skena. La dirección articuló con su extensa plantilla actoral, un manejo armonioso y fluido sobre la escena. Hubo momentos que me hizo recordar a los tres chiflados tanto en los articulados de enredos de los cómicos en su determinación de armar eso del “teatro en el teatro” propio de la pieza shakespeana. Un trabajo que califico sin empachos, de correcta y atinada. Nada de excesos. Nada de enredos. Todo fluye con soltura. Hay alegría en todas las expresiones y carácter físico y de estar sobre la escena por parte de los actores y actrices de distintas edades y generaciones. Lo coreográfico de Claudia Camacho quedó en definitiva muy bien situado dentro de lo que demandaba la versión y dirección. En fin, un todo espectacular que es capaz de halagar la recepción y gusto del público más exigente. En cuanto al desempeño histriónico daré especial crédito y aplauso a los convincentes esfuerzos compositivos y personalidad desenfada en crear dobles papeles a lo ofrecido con justo manejo / proyección de voz, manejo de matices y gestual abiertamente diáfana en las entregas dadas por Verónica Salerno (Titania / Hipólita), Armando Cabrera como Oberón / Teseo; al divertido Juan Carlos Ogando quien supo ejecutar gags y momentos “fuera de serie” tras el armado de sus personajes de Cuña – Egeo. Mi consideración de gusto personal la extiendo hacia lo ofrecido por Javier Madrid, Verónica Osorio (Puck), Gerardo Bombín, Miguel Perea y Alexander Solórzano como Glotón quienes resaltaron con especial brillo. El resto, sin nombrarlos en esta reseña, estuvo a la altura de este magnífico montaje que, me atrevo a otorgarle de forma unilateral como lo mejor que se ha mostrado en las tablas de Caracas hasta el primer semestre del 2007 en cuanto a teatro para niños y adolescentes. Un mágico espectáculo que hace relucir la búsqueda de la calidad por el Skena. ¡Mis respetos! Tercera mirada. ¡Una deuda pendiente! “Mujermente hablando” Un joven grupo teatral mexicano estuvo a finales de Junio tanto en los espacios del Ateneo de Maracay como de la Sala “Doris Wells” de la Casa del Artista de Caracas. Me refiero, al Teatro La Capilla que vino desde la capital azteca a fin de mostrar su sencillo pero bien compenetrado trabajo teatral: “Mujermente hablando” de la dramaturga marayera, Mariozzi Carmona bajo la dirección de Daniela Esquivel y producción ejecutiva de Alonso Fiallega. Apoyados con el patrocinio de la Embajada de Venezuela en México y el FONCA de ese país, dos actrices dieron vida a este puntual texto de Carmona que aborda distintas facetas, momentos y situaciones que puede sentir, palpar y proyectar la mujer en esta contemporaneidad donde ella se sumerge como ser y parte de un tiempo. Como cebolla que compuesta por cientos de capas, esta pieza deshoja a mujeres sientes, deseosas, palpitantes, anheles, soñadoras, aspirantes a amar y ser amadas; que asumen roles de sexualidad “diversos” a lo aceptado socialmente, a fracturar convenciones o sencillamente, a apegarse a estas. En todo caso, es una dramaturgia que permitió que un grupo y dos buenas actrices como lo representaron Graciela Cáceres y Zohar Salgado se mostrasen con plenitud de conciencia ante el ojo escrutador de dos públicos tan disímiles como el de Maracay y Caracas. Una puesta despojada de cualquier ruido escenográfico, con parquedad lumínica pero eso sí, con el dúctil manejo de algunos objetos de utilería que permitían edificar referentes eso la puesta ameritaba. En todo caso, todo puesto al servicio del trabajo de actor y un texto. Un esfuerzo peculiar y honesto que tomó y propuso lo que percibió, suscribió y proyecta del universo de la dramaturgia femenina carmoniana para diversos tipos de espectadores. Actrices que modularon con sus gestos bien aceitados, pausas dramáticas, tiempos de inflexión para el cambio de situación o de personaje y con ojo angulado para crear una simbiosis con el público que, íntimamente las veía pasar suavemente de un momento a otro ese tino de hacer teatro sin ampulación ni desmedidas. ¡Lastima que solo estuvieron una sola y desapercibida función en los espacios que bien ha sabido administrar la democrática gerencia cultural de Carlos Silva a dar cabida a las distintas manifestaciones de lo teatral! También mi aplauso a este joven colectivo que estuvo en nuestra ciudad para ofrecerse a quienes tuvimos la suerte de constatarlos. critica@cantv.net

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