En un periódico leí comentarios que argumentaban sobre el: ¿Por qué se hace necesario concretar espectáculos para niños en algunos circuitos teatrales? Como crítico he visto parte de estas producciones pero entiendo que las mismas son productos ubicados en la escena del este y que ostentan factores dirigidos para ser confrontado por un público con ciertas facilidades económicas. No es misterio que dichas obras exhiban elementos mediáticos e, incluso que versionan o adaptan textos foráneos con poco o nada relacionado con nuestra idiosincrasia.
A días de celebrarse el Día del Niño en Venezuela - fecha consumista- detallo que la oferta para la infancia estará marcada por montajes con escasa capacidad de emanar mensajes enaltecedores. ¿Qué pasa con nuestra dramaturgia para niños? ¿Por qué el género debe supeditarse a condiciones técnicas de espacios que limitan la creatividad de diseñadores / realizadores o constriñe a directores y actores? ¿Por qué no hay una eficaz política de Estado que apoye a crear Concursos de dramaturgia, ganar un espacio especial para exhibir este género?
Hacia el centro oeste de la ciudad hay opciones de teatro para hallar ese buen teatro infantil que nos merecemos. ¡Solo es cuestión de asistir y constatarlo!
Publicado en Ëpale del Suplemento Cultural
Ciudad Caracas
Domingo 08.07-2012