viernes, 11 de enero de 2013

COPRODUCCIONES CNT 2012: LAS CARTAS DE PAITA

El Proyecto Teatro para todos los venezolanos está permitido que un espectro de coproducciones de la Compañía Nacional de Teatro con grupos regionales alcance su segunda semana. Desde el pasado 10 de este mes se está exponiendo de forma sincera sus niveles conceptuales, estéticos como lo particular de sus respuestas artísticas. Un elemento disonante indirecto de las respuestas de estos colectivos y que me llama la atención ha sido la medianía de afluencia del público. Siento un dejo de apatía en el espectador capitalino por verificar: ¿Qué ocurre dentro del hacer de los colectivos de nuestros estados?, y más aun que los teatristas de esta urbe no apoyen a sus pares regionales en el hecho de comprobar ¿Si son o no eficaces sus búsquedas / proyectos creativos?

Considero que a través del Centro Nacional de Teatro se articule una promoción más incisiva como un estímulo más asertivo para que el público (estudiantes y hacedores escénicos) se acerquen a ver lo planificado por la CNT e insuflar un ánimo más fuerte en el hecho de constatar lo que es la realidad escénica nacional. Es una magnifica oportunidad. ¿Por qué desperdiciarla y no generar un dialogo más abierto a partir de esta muestra?

FUNDACIÓN TEATRO KIRIE / MIS DIAS EN PAITA

Provenientes del territorio Delta Amacuro y bajo la sapiente dirección del maestro Fernando Acosta, se escenificó en el Teatro Nacional los días Viernes 16 y Sábado 17 de Noviembre, un texto (presumo escrito por Clemente Márquez en el cual se discurre el encuentro que tuviese Manuela Sáenz y Simón Rodríguez (Samuel Robinson) en la ciudad ecuatoriana de Paita años después de la muerte del inmortal Simón Bolívar. Teatro evocativo, nostálgico donde la autoría apela al pretexto histórico a fin de armar un encuentro del cual fluye una imaginaria conversación entre estas cimeras figuras que influyeron con ideologías preclaras el pensamiento revolucionario o constituyeron hebras profundasen lo que fue el universo íntimo del Padre Libertador.

Un puesta cerrada, limpia, pulcra sin ampulosidad pero capaz de armar una atmósfera que hila lo formal de un presente con apelaciones a un pasado donde ambas figuras saben fueron rúbrica humana para la mente y alma de Bolívar. La Fundación Kirie ha evidenciado crecimiento grupal de buen nivel y eficacia la cual quedó demostrada por ese inocultable objetivo artístico de fortalecerse escénicamente más allá de toda circunstancia. Apostaron por un teatro histórico sin que ello les encasille dice que es factor significante; otro, que son capaces de sumar otras experiencias teatrales y fundirlo esencialmente para delinear un derrotero que no les adocene. También está el hecho que Mis días en Paita es proyecto donde convergen fuerzas artísticas como el diseño de escenografía de Carolina Estupiñan, de José Rodríguez en el diseño / realización del vestuario o, la iluminación de William Urdaneta –junto a otros creadores- con objeto de conceptualizar una acción teatral acorde a lo que se espera ver de grupos de la trayectoria que ostenta este colectivo que pocas veces tiene el potencial de exhibirse en Caracas.

La respuesta histriónica quizás fue el aspecto que no terminó de mostrarse totalmente consistente. La labor de construcción del personaje Samuel por parte de José Rodríguez se evidenció externa en la capacidad de conferirle verdad a tan elevado papel. Desde mi óptica creo que era para un actor de más años y a pesar que Rodríguez se apoyó en maquillaje y una cierta búsqueda de caracterización en el andar como en lo que expresa lamentablemente quedo sin base de verdad. Polo opuesto fue la labor de personificación del papel de Manuela por Nora Manrique. Con buen talante, proyección como modulación de voz y desenfada en su accionar construyó un personaje contundente, recio y a la vez humano que traspaso el escenario y supo proyectarse al público. Las breves apariciones de dos actrices Juana Martínez y Miliannis Prado –que fungen como las criadas Jonathas y Nathan de Manuela Sáenz- se le debió dar más presencia sobre la escena. Las cartas de Paita fue un espectáculo plausible dentro de esta Muestra de Coproducciones de la CNT – 2012