viernes, 11 de enero de 2013

WOYZECK / LA BRECHA - CNT

Lo importantes de un festival, encuentro o muestra escénica se fundamenta porque es medio donde se exhiben propuestas sustentadas en piezas nacionales o foráneas, erigidas o no sobre textos originales, otra veces como adaptaciones, versiones o inspiradas (libérrimas). Ayuda a contrastar los estilos de dirección desde la confrontación de sus ángulos estéticos, artísticos y conceptuales; para verificar la creatividad de diseñadores y realizadores dentro de un todo escénico espectacular. Es oportunidad para calibrar las respuestas técnicas y artísticas de los actores. Es momento para medir la sinergia creadora en un lapso dado. Desde otra perspectiva, son vitrinas para medir la salud imaginativa, el sentido de riesgo e innovación como la capacidad de correlacionarse de un grupo con la sociedad de su tiempo. Ayudan a detallar si sus propuestas hacen click tanto con las expectativas del público como del movimiento teatral nacional. Incluso, sirven para medir como se involucran los distintos entes culturales con propósito de ayudarles a articular sus proyectos con respuestas que va más allá del factor económico. En fin de cuentas, un festival, encuentro o muestra teatral permite establecer miradas distintivas donde hay coincidencias o disonancias de lo que es la dinámica teatral del país.
Este introito es determinante para responder: ¿Cómo se está dando el espaldarazo institucional emprendido por el Centro Nacional de Teatro a través de la Compañía Nacional de Teatro auspiciado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y apoyo de Fundarte como la G.D.F para el Proyecto: “Teatro para todos los venezolanos”? e, igualmente ¿Verificar como se difunde -en menos de un año- un total de 21 coproducciones a lo largo y ancho del país? A través de la Muestra de Coproducciones 2012 se estarán exhibiendo del 10 al 25 de noviembre en un total de diez salas y 3 espacios no convencionales. Logro que obliga a Caracasesteatro a cotejarlos y verificar si los indicadores antes señalados se responden.
Con el montaje de la obra Woyzeck (1836) del dramaturgo alemán del s. XIX, George Büchner (1813-1837) bajo la dirección de Luís Garván y exhibido el día sábado 10 del mes en curso en el Teatro Municipal por el grupo Teatro La Brecha, uno de los grupos con mayor raigambre en la región del estado Monagas, se asumió este clásico inscrito en la línea de la “tragedia realista” cuyos personajes se comportan como “meros juguetes de un destino mecanicista”. Drama atractivo muchas veces asumido por muchos colectivos a lo largo del s. XX y de este s. XXI porque su tema y planteamiento de situación permiten propuestas donde se juegue con cierto nivel de riesgo creativo el conectarse con una pieza que aun posee elementos de significación para el público de hoy y que podría saber distinguir donde lo naturalista está increpado lo expresionista.

La Brecha apuntala con este Woyzeck al ángulo urbano. Construye un juego paradojal entre la utopía contra lo decadente. Se aspira una sociedad nueva con aspiración más humanista en un mundo miope. La «tempestad y la pasión» del romanticismo dispara al “antihéroe” Woyzeck que trata de contravenir los formalismos de opresión que apañan la libertad individual. Una puesta sencilla sustentada con pocos elementos; iluminación parca que recrea ambientación neutra. Un todo referencial ambiguo que en el fondo es metáfora de la sociedad actual.

Hace énfasis en la construcción artístico que se debe sostener en la capacidad histriónica más no en el efectismo externo. Sin embargo, no se percibió esa potencia en la actuación y menos aun, en el apoyo de los elementos (escenografía, vestuario e iluminación) que haga que el todo sea fuerte como convincente. Se detalla el compromiso más no un resultado desafiante. Se apunta al decir y mostrar con fuerza de convicción.Parafraseando a Peter Brook se fijan las coordenadas del espectáculo pero desde el comienzo se deslizó hacia lo mortal.

Solo daré crédito a las actuaciones de Milvy Guevara y Angélica Rinaldi quienes buscaron estar en papel de forma concreta. El aporte de Noelia Rojas (muñequería y máscaras) ayudó con lo suyo. Un Woyzeck que dejó una sensación agridulce en la recepción de todos.