martes, 2 de junio de 2015

OTRA ENTREVISTA DE INTERÉS

Otra entrevista surge de la Unidad Curricular, Teatro Venezolano II que recientemente cerré en los espacios de la Universidad Experimental de las Artes (UNEARTE) y que estimo saludable dar a conocer.

Está vez, la estudiante, Begoña Pellicer hizo un encuentro con el director, actor, escritor de teatro y cabeza institucional de uno de los referentes institucionales del Oriente del país. Me refiero Pablo Ramírez, director fundador de Puerto Teatro, radicado el la ciudad de Puerto La Cruz. Que sea la entrevistadora y esta personalidad del teatro nacional que nos den una radiografía del hacer escénico nacional, regional y venezolano.

PABLO RAMÍREZ:(PR)
BEGOLLA PELLICER (BP)


BP.- ¿CUÁL FUE SU FORMACIÓN, OCUPACIÓN Y AÑOS DE EXPERIENCIA EN EL ÁREA TEATRAL?

Formación inicial en grupos comunitarios y/o de carácter político. Hago notar, sin embargo, que este proceso no llego a tener el rigor necesario… Sin embargo en el año 1983 opto por participar en un taller de Dramaturgia, dictado por Juan Carlos Gene. Este taller duro aproximadamente siete meses y se dicto los días jueves de cada semana.

Estando en este taller, me conflictúe mucho respecto a la falta de herramientas para lo que era mi propósito del momento: ¡hacer teatro!, y ese estado de ánimo, por llamarlo de algún modo, me lleva a solicitar ingreso en el Taller de Formación Actoral del CELCIT, el cual estaba pautado para ser realizado en dos años y que, sin embargo, se extendió hasta los 3, en la concreción del montaje con el que debía culminar, en este caso: Hoy por fin se levantó el telón bajo la dirección del Joven actor, director, dramaturgo Ricardo Lombardi. En este taller tuve como profesores a: Juan Carlos Gené, Orlando Rodríguez, Verónica Oddo, Ricardo Lombardi, Ada Nocceti.

Debo destacar que este taller fue determinante en mi formación, pero sin embargo aun no tenía la capacidad de concretar alternativas, de regreso en Puerto La Cruz, al topar con la realidad de una ciudad bastante agreste en materia artística cultural, tras un fuerte tropiezo, me rendí en el esfuerzo que venía realizando junto a un grupo de compañeros por crear un colectivo teatral.

Estoy hablando de un periodo entre 1987 -1999. Después de algunas vicisitudes, propias del momento político, social y económico que vivíamos, (es necesario recordar, el tristemente célebre febrero del 87, fecha en la que se produjo el estallido social que se ha dado en llamar el “Caracazo”).

Luego, año 1991, tras una pausa de dos años, vuelvo a involucrarme en un proyecto de taller de formación, el cual sumamos a una experiencia, también de taller formación, que venía realizando el conocido actor Lucio bueno, y donde transcurrido un tiempo se logro el montaje de: Yo también soy Candidato de Rafael Guinand, con dirección de Lucio Bueno y Pedazos de Ricardo Lombardi. Posterior a la partida de Lucio Bueno, asumo la conducción del taller en cuestión, lo que nos lleva a reeditar Puertoteatro, proyecto con el cual, puede decirse, he obtenido mi mayor formación, al tiempo que comparto como facilitador en el Taller Permanente de Formación Actoral.

Quiero destacar también, la deferencia que tuvo la Unesco, a través de su coordinación de educación por brindarnos unas becas para Puertoteatro, la cual pude aprovechar para asistir a varios talleres en la ciudad de Bogotá, talleres entre los que recuerdo: La adaptación en la dramaturgia con el director de teatro polaco, Pavel Nowiski, Dramaturgia del Actor, con el dramaturgo catalán, José Sanchiz Sinesterra; Actuación, con el cubano Jorge Cao.

BP.- ¿CÓMO DEFINIRÍA EL PANORAMA ACTUAL DEL TEATRO VENEZOLANO?

PR.- Creo que desde hace un buen rato, quizá década del 80, el teatro venezolano ha dejado de tener una postura crítica, para vivir a merced de las “políticas” que impone el estado venezolano, digo una actitud crítica, pues es lo menos que uno espera del teatro como manifestación.

Pero, luego de esto, es bueno precisar también que el teatro venezolano no se ha caracterizado por un crecimiento sostenido en el espacio tiempo. Es decir, puntualmente en algunas localidades, incluida la ciudad capital, han surgido de cuando en vez algunas experiencias significativas, pero que sin embargo no se han mantenido. Pondremos por caso: Sociedad dramática de Maracaibo, El Arlequín de Valencia, Rajatabla de Caracas (quizá la excepción) y uno que otro grupo en algún otro punto de la geografía venezolana que llegaron a ser en un momento una referencia.

Cuando se crean las compañías regionales de teatro en algunos cuantos estados de la geografía venezolana, indudablemente que se aposto al desarrollo del teatro venezolano, pero, es necesario decirlo, salvo algunas contadísimas excepciones, estas compañías, no obedecían a un estudio pormenorizado de la realidad de cada región, la mas de la veces fue un “vente tu”, y tan es así que cuando ya no se dispuso de los recursos necesarios, estas instancias ya no tuvieron el empuje inicial, o, en el peor de los casos, dejaron de funcionar.

Durante el presente gobierno, algunas individualidades e instituciones de teatro, plantearon la posibilidad – una vez más - de organizar el sector teatral en una instancia que tras muchas discusiones dio en llamarse Red de Teatro, y la cual, bueno es decirlo, nació bajo el cobijo del estado, tanto que, así lo creo, la red es una instancia a la que podríamos denominar “para gubernamental”.

En fin, podemos concluir que si bien de manera puntual existe alguna ayuda del estado venezolano, la cual se manifiesta en los aportes (antiguos subsidios) y la compra de funciones a través del programa: Sistema de Culturas, el “panorama del teatro venezolano” es poco alentador, pues NO existe una sociedad que esté interesada en el uso (consumo) del producto artístico teatral y cultural en general.

BP.- ¿CÓMO DIFERENCIARÍA EL PANORAMA TEATRAL DE LA CAPITAL CON EL RESTO DEL PAÍS?

PR.- Lo que sé de Caracas respecto al resto del país que pudiera tomarse como una diferencia puntual, es que el gobierno del Distrito Capital ha venido recuperando espacios y proponiendo y realizando una programación permanente, cuestión que no sucede con mi estado (Anzoátegui), aun cuando en la “Coordinación o Dirección de Cultura tenemos una persona del medio teatral.

Por ejemplo, el teatro Cajigal de Barcelona, un teatro emblemático de la ciudad, tiene diez años que está cerrado. La única organización, y hay que decirlo con dolor, que mantiene una programación permanente, es Puertoteatro, y es una programación de carácter independiente.

Tengo la percepción que, quizá con contadas excepciones, en el resto del país ocurre algo similar.

BP.- Según su experiencia, ¿Ha observado algún cambio en el panorama teatral venezolano en los últimos años?

PR.- Creo que mi apreciación contenida en las respuestas anteriores, dan respuesta a esta cuarta pregunta… Pero seré más enfático, ¡No!... No noto ningún cambio sustancial… En todo caso creo que existe una realidad muy contundente: ¡La sociedad venezolana tiene muy poco interés en su teatro! y, además manifestaciones artísticos culturales, más allá de las “buenas intenciones” de las instituciones gubernamentales.

BG.- ¿A QUÉ FACTORES SE DEBEN ESTOS CAMBIOS?

PR.- Para mi hablar de “cambios”, es hablar de mi propia realidad en la conducción de un proyecto llamado Puertoteatro, y al respecto debo decir: Cuando en Puerto La Cruz teníamos menos habitantes de los que tenemos actualmente, estoy hablando de 25, 20, 15, 10 años atrás, paradójicamente, teníamos mas público del que tenemos actualmente, que tenemos un crecimiento poblacional acelerado dada nuestra condición de “zona petrolera”.

Es decir, si se ha operado un cambio, no ha sido precisamente para favorecer nuestra cotidiana acción. Como ejemplo, citare lo siguiente: Puertoteatro organiza anualmente un festival de teatro infantil, pues, en vez de aumentar el número de público, por el contrario ha ido bajando considerablemente.

En función de concretar la pregunta, diré que son múltiples los factores que inciden en esta realidad: La inexistencia de organización de parte del sector teatral. Políticas, de gobierno cuando la hay, que no se corresponden con la realidad. Falta de políticas que propendan al crecimiento artístico cultural en todos los órdenes.

BP.- ¿CÓMO HA EXPERIMENTADO ESTOS CAMBIOS EN SU AGRUPACIÓN?

PR.- Estas realidades las experimentamos de distintas maneras. Falta de presupuesto. Menos público en funciones. Imposibilidad de adquirir materiales para utilería, vestuario y escenografías. Etcétera.

BP.- ¿CUÁL CREE QUE SERÍA EL FUTURO DE LAS AGRUPACIONES TEATRALES?

PR.- Creo que el crecimiento de un movimiento teatral en nuestro país, pasa por la necesidad de tener agrupaciones de teatro que de manera cotidiana y en vinculo con su comunidad, realicen una acción permanente, sin embargo, NO RESULTA FÁCIL crear y sostener una agrupación de teatro, y, lamentablemente, es poca la gente que quiera desafiar esta realidad y acceder a la creación de una agrupación de teatro.

En fin, con unas políticas de estado que no están precisamente en función del surgimiento de agrupaciones artísticas culturales, y con una sociedad con escaza interés por lo artístico cultural, siento que, el destino de las agrupaciones culturales no resulta muy alentador.