jueves, 4 de junio de 2015

UNA ULTIMA ENTREVISTA DE INTERÉS

Tal y como lo había realizado en estos días, doy espacio a un trabajo de cierre de la Unidad Curricular, Teatro Venezolano II que me tocó impartir en la UNEARTE. Esta última entrevista la realizó la estudiante Bárbara Martínez al actor, profesor universitario y a veces, director, Alexander Rivera. Que de las interrogantes y de las respuestas, ustedes amigos lectores, tengan oportunidad de ver otra perspectiva sobre la dinámica escénica, los mecanismos creativos, una aproximación personal a la realidad teatral de esta ciudad y otros elementos que puedan generar un grano de arena para construir memoria.

El martes 02 de Junio me embarque (Bárbara Martínez) en la búsqueda del profesor, actor y director de teatro Alexander Rivera, para que me regalara sus impresiones u opiniones sobre el desarrollo del teatro venezolano, como hacedor joven del teatro con diez años de trayectoria dentro de los escenarios. He aquí sus respuestas en torno a las preguntas realizadas.

BM.- DE ACUERDO A SU TRAYECTORIA DENTRO DEL MUNDO TEATRAL VENEZOLANO, ¿QUÉ DIFERENCIAS PODRÍA ESTABLECER ENTRE EL TEATRO QUE SE REALIZABA ANTES Y EL QUE SE ESTÁ GESTIONANDO ACTUALMENTE?

BM.- Bueno, no es que tenga exactamente muchos años, tan solo tengo una década haciendo teatro y creo que una de las diferencias más notables, es que el teatro que se hacía antes se realizaba con más tiempo. Se dedicaba más a los conceptos que se iban a utilizar, los criterios que se estaban manejando; ahora el teatro es más inmediato.

El ritmo de vida que tenemos hace que las obras de teatro que vemos en cartelera no tengan la calidad que tenían anteriormente, ya que casi siempre fallan en alguna cosa, bien sea vestuario, maquillaje; son muy pocas las que realmente cumple con todos los criterios en un cien por ciento.

Creo que una de las diferencias es esa, que el público ha aumentado la demanda de ver teatro. Entonces gente que no hace teatro, cree que hacer teatro es muy fácil y empiezan a producir o a crear cosas que realmente no cumplen o no llenan las expectativas.

BM.- ¿LE PARECE QUE EL TEATRO COMERCIAL ESTÁ GANANDO MAYOR TERRENO ACTUALMENTE QUE EL TEATRO DENOMINADO DE ¨ARTE¨?

AR.- Bueno, primero el concepto de teatro comercial está banalizado o subvalorado. Todo el teatro es comercial porque obtenemos una ganancia de ello. Creo que el teatro que yo llamo ¨fácil¨, de ¨comedia fácil¨ o ¨comedia ligera¨, está ganando terreno porque el público actualmente lo que está buscando en el teatro es evadir cosas y les cuesta enfrentarse a la realidad que está viviendo y a la sociedad que tenemos; por eso cuando la gente va a ver este tipo de obras y luego va a una obra de teatro de arte, seria; se confronta con eso y dice: ¡Vaya, lo que yo venía viendo realmente no era tal teatro, como esto! (Dice esto al referirse a la opinión o diferencias que establece el público una vez se enfrenta a ambos teatros)

En cuanto al micro-teatro se ha desvirtuado un poco lo qué es, porque el micro-teatro es un gran espacio para experimentar, para crear cosas diferentes en tan solo 15 minutos, por la necesidad de tener dinero porque el país que tenemos nos obliga a eso. No es como en otras latitudes donde tú puedes ensayar 8 horas diarias y te pagan por eso, aquí uno ensaya en espacios no convencionales, la obra que puedas, matas tu tigre allá, trabajas en esto; haces mil cosas y bueno, la realidad económica de Venezuela te obliga a que en algunos momentos dejes a un lado el ¨teatro de arte¨ como ustedes lo llaman, para dedicarte hacer cosas inmediatas y que sabes que te van a producir dinero.

Llamas gente de la televisión, como están acostumbrados ahora, para generar una especie de taquilla que te funciona una sola vez porque la gente cuando va y ve que no era lo que esperaban, ya ese público no va a ver más ese tipo de obras.

BM ¿ENTONCES PODRÍAMOS DECIR QUE LA SITUACIÓN DEL PAÍS, TAL Y COMO USTED DICE, HA AFECTADO TAMBIÉN EL MUNDO DE LAS ARTES, EN ESPECIFICO, AL TEATRO?

AR.- ¡Claro, obviamente!, porque antes el estado te aportaba, había un subsidio para todas las agrupaciones de teatro que te ayudaba a crear obras de teatro serias, de nivel. Ahora no existe ese apoyo como tal, existen nuevas salas, eso sí.

Existen más actividades para que tú puedas mostrar lo que haces, pero producir hoy en día en Venezuela es hiper-carisimo. Entonces claro, mucha gente está optando por hacer este tipo de teatro fácil para obtener dinero.

BM.- USTED ADEMÁS DE SER ACTOR, TAMBIÉN TIENE MUCHA EXPERIENCIA EN EL MUNDO DE LA DIRECCIÓN TEATRAL. COMO DIRECTOR, ¿QUÉ INTENTA MOSTRARLE AL PÚBLICO EN CADA MONTAJE QUE REALIZA?

AR.- Bueno, siempre que uno trata de exponer algo, es porque deseas comunicar algo, porque si no, no lo haces. En el caso de Elio Palencia, él en su dramaturgia expone cómo él ve cualquier historia o situación.

En las pocas experiencias que he tenido como director siempre trato de trasmitir algo porque si no, no lo hiciera. Siempre trato de confrontar al público con su realidad. No hay que olvidar que el teatro, queramos o no, es un medio de entretenimiento, es como esa gotita de veneno que va en la copa de vino.

Sí, lo que hago es confrontar al público con situaciones que a lo mejor pasaron en la realidad, que podrían suceder en un futuro, que son ficción; pero que de una u otra manera se asemeja a nuestra realidad.

BM.- MUCHAS PERSONAS CREEN QUE EL HECHO DE PAGAR UNA CANTIDAD OSTENTOSA PARA VER UNA OBRA DE TEATRO EN DETERMINADAS SALAS, ES SINÓNIMO DE UN MONTAJE EXCELENTE CON ACTUACIONES DE LUJO, MIENTRAS QUE PAGAR UNA CANTIDAD MENOS OSTENTOSA, ES SINÓNIMO DE UN TEATRO DE MENOR DE CALIDAD CON ACTUACIONES MEDIOCRES. ¿CREE QUE UNA TAQUILLA COSTOSA DETERMINA LA CALIDAD DEL TEATRO QUE SE VA A PRESENTAR?

AR.- No. Claro, creo que eso es un problema de desinformación o falta de información, mejor dicho. Primero, las entradas, como hablamos anteriormente, se han elevado de tal manera por la situación del país.

No podemos comparar; por ejemplo, una entrada del teatro trasnocho, que es una institución privada, al teatro principal que todo es subsidiado por el gobierno, allí podría entrar hasta la gente gratis, pero no es el hecho.

Debemos rediseñar o enseñar al público que el teatro se paga, que es un trabajo, es una actividad y hay que pagar. Lamentablemente hemos tenido un gobierno que le ha dado todo muy fácil a la gente, entonces la gente se ha acostumbrado a eso y ahí una falta de formación de criterio, donde la gente cree que porque algo es barato, no es de calidad y a veces pasa todo lo contrario.

He estado en montajes de gente muy reconocida dentro del ámbito teatral, con muchos años de experiencia, pero la gente no va porque prefiere ir a ver otras cosas que valen mucho más caro.

Por ejemplo, una entrada a un monólogo que habla sobre los orgasmos vale mil bolívares y si vamos a ver un texto sobre la dictadura dominicana que se acerca mucho a nuestra realidad, donde la entrada vale trescientos bolívares, la gente dice: ¡No, gracias, prefiero ver lo otro!

Entonces es un tema, más que clasista, es de educación del público. Creo que deberíamos hacer una campaña para que el público pueda ver todo tipo de teatro, porque todo teatro es válido.

Malo, bueno, fácil o de arte, el público tiene que ver de todo para que empiece a crearse en ellos un criterio de selección, un criterio donde digan: ¡Esto es teatro, esto no!, ¡aquí hay un trabajo estético bien hecho!, ¡hay un concepto claro de lo que estamos observando o planteando!

BM.- ¿CÓMO CREE QUE HA CAMBIADO LA EDUCACIÓN EN TORNO A LAS DISTINTAS INSTITUCIONES O ACADEMIAS QUE PREPARAN A LOS JÓVENES QUE DESEAN OBTENER TÉCNICAS QUE LES PERMITAN EMBARCARSE EN EL MUNDO TEATRAL?

AR.- Bueno, te voy hablar de mi experiencia. Hay muchas academias, está la César Rengifo, está la Juana Sujo. Creo que la Unearte ha tratado de evolucionar en cuanto al Pensum en la formación de teatro, pero creo que ha perdido mucha otras cátedras de gran valor que por lo menos tenía el IUDET, el instituto universitario de teatro. Creo que una de las fallas también o de las carencias, es el proceso de selección.

Con este tema de que no hay exclusión, se permite la entrada a cualquier tipo de personas que, tal vez sienta una inquietud por hacer cosas, pero realmente no tiene el talento para ello.

Pienso que si eres talentoso y trabajador, lo alcanzas, si eres talentoso y eres flojo en el trabajo, eres más del montón. Y si no eres talentoso, pero trabajas, tienes una oportunidad.

Pero hemos visto que mucha gente de la población estudiantil no es talentosa y no es trabajadora, entonces hay como una carencia ahí que empieza a mostrarse en las muestras, en los montajes de egreso. Entonces creo que debemos revisar ese proceso de cómo escoger a la gente que realmente tiene la necesidad, tiene las ganas de hacer teatro.

Te cuento que cuando entré en el IUDET eran tres meses de selección de procesos para ver si nosotros realmente teníamos la capacidad física, psicológica y anímica para hacer teatro. De mi promoción éramos ciento ochenta y nueve, y nos graduamos quince.

Entonces te das cuenta que se va descartando, es como un filtro, porque lamentablemente estamos creando o graduando una cantidad de gente, un gran número de personas que se están frustrando porque entra por teatro, pero se da cuenta que no es lo suyo, que no están preparados, que eso no era lo que ellos querían; cosa que se puede evitar.

Yo he tenido la oportunidad de formar gente que a mitad de la carrera se dan cuenta que por aquí no es, ¡lo mío es audiovisuales! o ¡tenía razón, profesor, lo mío es la danza! Los docentes debemos tener esa capacidad de diagnostico para ver por dónde va cada alumno que pasa por nosotros.