sábado, 9 de julio de 2016

ACTUALIZANDO: NOTAS REZAGADAS (04)

TAL PARA CUAL

Dentro de una cartelera escénica que ofrece una gama de opciones tan diversas, la comedia sigue siendo hasta ahora, la opción más atractiva para un espectador ávido de escapar de tanto problemas. Pero, casi siempre, hablar de teatro evasivo, teatro superfluo, teatro para divertir parece conllevar una que otra carga para el público o se le trata de teatro comercial o, sencillamente, verlo como una fórmula de espectáculo ligero donde pueda, por espacio de un lapso dado, desconectarse de todas aquellas presiones que la vida cotidiana conlleva.

Sin embargo, nuestra cartelera de teatro exhibe desde dramas agudos, pasando por propuestas escénicas que exponen marcas de experimentalidad trabajadas desde ese riesgo asumido por triple alianza dada entre el director, el dramaturgo y el productor.

También se puede constatar, en tanto en tanto, que, muchos montajes pueden aun sostenerse con monólogos o una mezcolanza de adaptaciones, versiones de textos clásicos antiguos a obras contemporáneos. Pero también es fácilmente detectable, un segmento de producciones exprés que dentro de la moda del llamado teatro de un cuarto de hora juega con una diversidad de fórmulas que son difíciles de encasillar.

Es por tanto, una cartelera ecléctica. Lo cierto es que más allá del teatro de arte que una que otra vez irrumpe con sus magistrales propuestas, se percibe como la presencia de fenómeno de los stand up comedy han ido conformado un núcleo singular dentro de ella. Y esta modalidad tiene sus más conspicuos representantes artísticos hasta la presencia cada vez más creciente de notorias figuras del teatro y de la televisión que, pulsando el gusto del público, se aventuran en acercarse a esta modalidad que, no es totalmente estructurada con improvisaciones o sujetas al corsé del gag.

Pareciese que hablar del comportamiento de la cartelera de espectáculos de esta urbe, es algo nada predictible. Y, con todo, ya está siendo más visible que ante la tradicional fórmula de la comedia –que puede estar edificada para que el público la pase sin complicaciones hasta algunas que otra experiencia espectacular con acentos de tono socio crítico muy particulares- y esto, es como siempre, un reto, porque, lograr captar el fenómeno del éxito, es pues, el santo grial de todo grupo o de algunas casas productoras. Por tanto, hablar de uniformidad de la cartelera teatral de Caracas, es algo que se debe revisar semana a semana, so pena de categorizarla de forma unívoca.

Una variación del emergente stand up comedy el cual se arma sobre la esa capacidad de un comediante, que tomo uno o varios asuntos que va de lo propio de la cotidianidad, otros, del mundo socio político actual hasta los más desinhibidos que, sostenidos desde el chiste grueso, la improvisación más desparpajada hasta con cierto esquema de escenas graciosas prediseñadas, buscan generar le rápida empatía de la platea. Por lo general, son figuras que ha tenido una proyección mediática en otras áreas o histriones cuya fama y notoriedad en el quehacer les garantizan pues, una conexión de interés con ese espectador que poco frecuenta el teatro como fórmula de arte semanal.

Uno y otro, han intuido que, la risa y la capacidad de romper con el esquema de producir show, está sobre ellos, no requieren de puestas en escena convencionales, solo quizás algún acompañamiento musical y a lo sumo, una buena silla para semi descansar y una disposición espacial acorde a lo que tenga en mente a la hora de generar ese puente entre su espectáculo y la recepción en vivo, del espectador.

Claro está que, el stand up comedy, no requiere, por lo general, del teatro convencional sino de cualquier ámbito que se preste a que ese tipo de show interactivo fluya sin inconvenientes y va desde un anfiteatro a un local tipo casino. Lo esencial, en dos factores: primero, que el artista haga descansar su presentación sobre la potencia de exponer cosas plenas de humor, hiladas con ironías, sarcasmos, dobles sentidos, retruécanos de palabras, frases chisposas y saber que debe hilar fino, es decir, que el ritmo es algo que dispara el humor. Entiende que, no se puede dar el lujo de pensar mucho, que debe pescar en el aire, cualquier reacción o giro de actitud del público e hilarla a su favor. En segundo, lugar, que este divertimento demanda pocos elementos para su puesta en escena pero eso sí, una excelente microfonía inalámbrica.

Sin caer en una taxonomía de esta fórmula, he tomado una variante expuesta desde hace poco en la cartelera como lo está siendo el espectáculo Tal para cual Up&down que se estrenó el pasado 06 de mayo en uno de los espacios de BOD Cultural de La Castellana, por la productora Jota Creativa. Se trata de un texto – y digo texto y no improvisación aunque usualmente se da cierto toque de ello en plena representación- escrito por el talentoso director y dramaturgo, Javier Vidal y dirigido por la actriz, Julie Restifo.

Un trabajo sostenido como queda en claro, por dos rutilantes personalidades del mundo escénico y televisivo. Dos auténticas figuras que han marcado una huella individual como en unión sobre el reconocimiento de lo público artístico. Para nadie es cuestionable que su marca de brillo como artistas y creadores está imbuida de respeto y admiración. Su trayectoria ha cosechado en lo profesional, una sólida calidad artística y una pertinente respuesta creativa.

Incluso, para nadie es secreto que han armado una solvente unión de pareja cuyos frutos han sido sus dos excelentes vástagos: Josette y Jan Vidal. Pues tomando lo mejor de su vida en común como artistas unidos con ya treinta años de matrimonio, han concebido un “guiño autobiográfico” donde las altas y bajas de esa unión, en la cual, las subidas hacia el éxito el saborear las mieles del romance y el amor así como los descensos -no al fracaso de una profesión- sino de eso que denomino la existencia en pareja con sus traspiés en el terreno de su quehacer, le han ofrecido una magnífica oportunidad para construir este Up&down Comedy, el cual, se desmarca del esquema anteriormente expuesto.

Ya la marca de la improvisación es dejada casi al 90& de lado, el chiste grueso excluido en su totalidad, las exageraciones maniqueas, obviadas. Un trabajo que, coloca esa dimensión de lo humano, lo divino en justa proporción. Una apuesta a auto regocijarse sin miedos y con la certeza que, el público, se hará cómplice de un relato donde la música, el canto y lo audiovisual arman un todo compuesto para que no sean solo ellos el centro de atención sino que, un país, ese espacio geográfico que es Venezuela sea se transforme en marco histórico desde la década de los años ochenta del siglo XX a nuestros días.

En ese mosaico anecdótico con humor calibrado, con soltura escénica tanto de Javier como Julie, nuestra urbe sitúa a dos personas que, unidas en sus querencias, sus desavenencias, en sus rabietas, nostalgias y deseos del uno por el otro, conforman y moldean la dupla de un Tal para cual.

Un trabajo sencillo en apariencia pero no lo es así, porque no está solamente sostenido en la fuerza de estas dos magnificas figuras sino en toda una apuesta a que el empaque sonoro con canciones harto conocidas son argamasa para colocar los bloques del desamor, la infidelidad o del reencuentro y la constancia en seguir el uno con el otro, también tenía un puntal visual referencial (creado y diseñado por Miguel Marsan en Vídeo Arte) que da contraste a que es su discurso dramático.

Es una apuesta a decir mucho con poco. Y qué bien lo hacen. Logran que el espectador se magnetice, se identifique, se acerque sin un morbo voyerista a una historia y un grupo de anécdotas que, con perspicacia, desenfado, con hilos nostálgicos y con acento de esperanza, hacen que se cree una atmósfera especial.

Eso es un buen up&down comedy que se desearía ver con más frecuencia en los espacios de esta urbe. Julie y Javier duchos en la escena, gozosos en la caracterización del personaje (eco de ellos mismos), con ritmo fluido sobre el pequeño entarimado iban y venían sin contratiempo y con ese ojo perspicaz para colocar el acento, la crítica, el comentario, la ocurrencia en los gags se soltaron en esa casi hora y media con la delicia de dos artistas que se unen y se juntan, que se complementan y se diversifican para crear más que divertimento, una vaporosa sensación de júbilo compositivo que se irradió con sencillez a todos y cada unos de los que los vimos esa noche.

Tal para Cual contó con la solvente producción asociada de Samuel Hurtado, las sutilezas lumínicas de José Jiménez, el aporte coreográfico de Taba Ramírez y la callada pero efectiva presencia de Silvia Vidal en la asistencia de dirección, que junto a otros amigos y amigas de Jota Producciones, permitieron que esta propuesta calase como un producto fino y bien cuidado en su forma de ser mostrado al espectador y que el fondo estético conceptual dado por la dupla Vidal/Restifo descasase de manera unívoca en cuanto a que el todo si es más que la suma de las partes.

Tal para Cual es una propuesta que debo recomendar a los amigos y amigas que me leen y sé que les encantará. Y no me arriesgaría a decir que, más allá del costo del boleto, más de uno, repetirá.


Nota publicada en el portal digital: Eljojoto.com / Mayo 2016