viernes, 12 de agosto de 2016

LA MICRO CRITICA: ¡LAS VENTAJAS DE LA INMEDIATEZ!

¿Qué es micro crítica? ¿El espacio 2.0 la favorece o la atomiza? ¿Cuál es el segmento del lector potencial de la micro crítica? ¿Ha sido definida o categorizada por algún académico? ¿Es un seudo ejercicio reflexivo? ¿Es crítica en tips o tips de la crítica? Y finalmente, ¿En útil o deleznable?

Empecé con algunas interrogantes; bastante aleatorias, eso sí. Lo cierto del caso es que hace cierto tiempo comencé a pensar/reflexionar si este asunto de estar on line en medios como facebook, tweeter, instagram o snatchap servía para llegar a un lector potencial con la misma eficacia que detenta un artículo enmarcado en un diario cultural o revista impresa especializada.

Incluso, me sazonaba un prurito que con ellas estaba efectuando cierto pugilato - más o menos eficaz - frente al ranking del tú a tú, que exhibe este s. XXI en el vasto universo de blogs y páginas webs que, sobre arte, cultura y espectáculos, uno haya al entrar por ese hueco negro llamado google que, atrapa todo y a todos cuando uno se aventura a surfear por la internet.

De entrada, son demasiados anglicismos y palabras que tienen implícitos fórmulas, códigos, maneras, estilos y formas para ese acto de colocar con idoneidad, cierta opinión más o menos coherente, emitir un juicio equilibrado despojado de la superficial coloratura del adjetivo o hasta de proponer una idea, más o menos profunda, sobre ciertos fenómenos propios del hecho teatral actual. Desde el territorio de un estreno, a lo disímil de un festival pasando por la densidad del viejo teatrista o enfrentar el vente tú experimental de un monólogo o aterrizar ante una fastuosa producción es tratar de ilustrarle al cibernauta lector que, una crítica aunque sea micro, es producto concreto, no rígido, no académico y que debe estar en formato no mayor de 140 caracteres.

Lo esencial es la comunicación inmediata. Hay que dejar de lado toda ortodoxia teórica o rigidez reflexiva. La micro crítica admite más de las veces, el ser más crónica argumentada que análisis de fondo. Eso sí, debe saber visualizar que es lo que hay que decirle al inquieto internauta. Debe despojarse del todo anclaje recargado e ir envestido de palabras sin adornos demasiados hiper teóricos.

La micro crítica debe estar apoyada con imágenes (fotos y vídeos no mayor de 20 segundos). Un reto para un cronista/crítico o viceversa que se haya habituado al teclado fijo del PC y le cuesta ser raudo con dos pulgares y celular etiquetado de inteligente. Surfear las redes. Expresar un parecer y no caer en la tentación de mucho so pena, de quedarse sin decir nada.

Seguiré buscando hallar más respuestas sobre este tópico. Mientras, daré ensayo y error en el intento. Las respuestas no creo que sean las que me imagino sino una oleada de nuevas preguntas. ¿Será que el teatro de 15 minutos – nada nuevo, eso sí – está tocando mis neuronas? Ese fenómeno tampoco es deleznable, ni digestivo. Tampoco, teatro portátil.

Es teatro de exposición de temas, de sombrear argumentos y prefigurar la dualidad de comedia - tragedia de personajes más o menos de este tiempo. Desde ahí, podría estar de las respuestas que me impone – no del todo - una actitud más laxa hacia la pragmaticidad de la micro crítica. Soy de la centuria pasada. Quizás allá estén otra parte de las respuestas. Por los momentos trato de descifrar como avanza esto del tiempo en la internet y la función real de la micro crítica en estos años iniciales del milenio.

Parezco un desnaturalizado Hamlet que posee en su mano la calavera de la duda, sino el celular de una certeza inexplicable: ¿La escribo o no? ¡He ahí el dilema! La micro crítica lentamente me está seduciendo por su rapidez. Pero, he ido detallando que, existe en consecuencia, una causa/efecto positiva: hay inmediata respuesta de lectores que, una vez que cuelgo la nota short una vez flanqueó la salida del teatro y trato de arribar a casa, surge su una abierta posibilidad de vencer la ansiedad de la reflexión tardía y el intuir que sí es posible hacerla. Y mejor aun, que hay personas detrás de tu smarphone esperando a que teclees, digas, opines e indiques tu parecer. ¡Pienso, luego tecleo!